Assassin’s Creed: Valhalla es uno de los lanzamientos más esperados de los últimos meses. No es para menos, como cualquier otra entrega de la saga, los fans del credo del asesino están deseosos de ver qué puede ofrecer Ubisoft. En esta ocasión, la saga nos traslada a los tiempos de los vikingos. Una era llena de violencia, saqueos y miedo, sí, miedo a la invasión nórdica.
Con esta premisa, encarnaremos a Eivor, un vikingo o vikinga, ya que podremos elegir su sexo, que cuenta con una gran ambición. En los andares de nuestro personaje viviremos de lleno la sensación de llegar con nuestro drakkar a lejanas y fértiles tierras. Todo esto, a través de una gran historia principal que mantendrá al jugador entretenido y pendiente de la pantalla durante muchas horas. Pero ¿Qué tal le sienta a la franquicia dar el salto a la era de los vikingos? Te adelantamos que aunque no es perfecto, es uno de los mejores juegos de la saga. ¡Dentro análisis!
Cambios para bien
Quiero comenzar este análisis mostrando que cuando me puse a los mandos de esta nueva entrega de la franquicia, tuve algunas dudas. Y es que en juegos previos, la franquicia de Assassin’s Creed había pecado de saturar al jugador con mil y una misiones secundarias. Un pecado, que en esta nueva entrega ha sido arrancado de raíz, eliminando en cierta medida estas misiones secundarias de recadero, y añadiendo unas misiones de una calidad asombrosa. En este sentido, no puedo hacer otra cosa que aplaudir la decisión de la compañía.
Durante las horas que he jugado a Assassin’s Creed: Valhalla, me he encontrado misiones realmente disparatadas que me han arrancado más de una carcajada. Y es que, el humor es una de las armas más afiladas de esta nueva entrega.
Sin duda, esto es un gran comienzo con el que cimentar las bases de un nuevo lanzamiento. Pero no es lo único, Assassin’s Creed: Valhalla, da un giro de tuerca a la narrativa vista en capítulos anteriores y crea una historia principal tan bien trabajada que cuesta alejarse de los mandos.
Un apartado técnico digno de Asgard
Dejando estos aspectos a un lado, iniciarse en Assassin’s Creed: Valhalla es simplemente un espectáculo. Tras un comienzo un tanto lento, podremos controlar a Eivor y disfrutar de los primeros compases de la aventura en Noruega. No tardaremos en darnos cuenta, de que Assassin’s Creed: Valhalla es todo un portento un gráfico. Los escenarios, como suele ser marca de la casa, cuentan con un nivel de detalle simplemente asombroso y es común que nos paremos más de una vez para disfrutar de sus vistas. Para disfrutar más si cabe de su espectacular diseño, contaremos con un modo foto que nos permite plasmar escenas simplemente increíbles.
Así mismo, este diseño del escenario se ve correspondido por un fantástico diseño de armaduras, armas y cómo no, personajes. Si bien es cierto que algunos personajes secundarios no están a la altura, la realidad es que ver a Eivor o a los protagonistas de la historia es una auténtica pasada.
A todo este despliegue de calidad gráfica, hay que sumar un apartado sonoro que no sólo cumple con las expectativas, sino que las supera. La banda sonora es simplemente brillante y nos llevará de lleno a los saqueos vikingos. Por otro lado, estamos ante un juego que viene perfectamente localizado a nuestro idioma, contando con un fantástico doblaje. De esto último, Assassin’s Creed: Valhalla sabe sacar pecho, ya que durante los viajes en drakkar podremos escuchar canciones o historias, las primeras se cantarán a pura voz vikinga, pero las secundas serán narradas en perfecto castellano. La única pega que le pondría al apartado sonoro, es que en algunas ocasiones mientras escuchamos una cinemática, tendremos conversaciones de fondo de algunos aldeanos, los cuales no hablarán en castellano y puede resultar un tanto molesto.
Rumbo a Inglaterra
Tras unas pocas horas de juego en las que estaremos realizando diversas tareas en Noruega, viajaremos junto a nuestro hermano Sigurd a tierras inglesas, un punto donde verdaderamente veremos el potencial de Assassin’s Creed: Valhalla. Igualmente, como es lógico, si se te ha quedado algo pendiente en Noruega podrás viajar en cualquier momento sin mayor dificultad que un viaje rápido.
Una vez alcancemos estas nuevas tierras, comenzarán a aparecer ante nosotros muchas mecánicas que a mi parecer son interesantes. Algo que veo en la mayoría de los aspectos utilizados en esta entrega es la coherencia. Y es que, al dar nuestros primeros pasos en Inglaterra, hallaremos un asentamiento hecho un desastre, pero que nos servirá de base. Debido al estado en el que nos encontramos este nuevo hogar, tendremos que ir construyendo y mejorando sus servicios. Esto significa varias cosas. Por un lado, tendremos que analizar qué edificios nos interesa tener antes, ya que cada una de estas construcciones nos costará una serie de recursos. A su vez, estos recursos los obtendremos saqueando principalmente monasterios de nuestros nuevos vecinos.
En resumen, da la sensación de que estas mecánicas no están ahí por casualidad, o para que pasemos horas repitiéndolas, se sienten parte de lo que haría una colonia vikinga. Es esto lo que me ha gustado mucho de este lanzamiento y que creo que en cierto modo se diferencia de lo anterior. Ojo, no todo será tan coherente, pero al menos estas nuevas mecánicas se sienten bien implementadas.
Volviendo a la mejora de nuestro asentamiento, encontraremos una gran variedad de edificios que construir. Además, cada vez que construyamos algo nuevo, aumentará el nivel de nuestro asentamiento, hasta un máximo de 6 puntos. Cada vez que subamos un nivel, desbloquearemos nuevas posibilidades.
Vikingos está aquí
Retomando la importancia de la historia principal, tenemos que recalcar la sensación que da de estar viviendo los eventos de una serie televisiva como puede ser Vikingos. De hecho, poder ver a personajes tan icónicos como los hijos de Ragnar Lothbrok, o los reyes de los cuatro reinos de Inglaterra, es todo un lujo.
Además de esto, la trama que seguimos capta nuestro interés y siempre querrás seguir avanzando en su historia para conocer más acerca del contexto histórico en el que nos hallamos. Por si no lo sabes, Assassin’s Creed: Valhalla se adentra en la Edad Oscura, una compleja época donde la decadencia asolaba muchas zonas de occidente, siendo una de ellas Inglaterra. Algo que quedará patente al explorar sus tierras y al vivir su historia de primera mano.
También es destacable la variedad de misiones con las que cuenta esta entrega. Igualmente, da la sensación de que se han elegido a la perfección, tratando de mostrar las virtudes del juego y en cierto modo ocultar sus defectos. Por lo que viviremos con gran esplendor los asaltos a las fortalezas y pasaremos pies puntillas por sus misiones de sigilo, las cuales nos dejan un tanto fríos debido a la inteligencia artificial de nuestros enemigos. A pesar de esto, la historia está tan bien construida que no le darás apenas importancia.
Mitos y leyendas
Es posible que te estés preguntando si en un Assassin’s Creed de vikingos no iban a aparecer los mitos nórdicos. Obviamente sí. Como viene siendo tendencia en la saga, encontraremos algunas criaturas mitológicas además de dioses tan conocidos como Thor, Loki o Freya. Eso sí, todo ello con una explicación medianamente coherente.
En este sentido, gracias a unas visiones que tendremos, nuestro personaje será capaz de viajar a Asgard y vivir muchas de sus historias. Muy a mi pesar, he de decir que ha sido un aspecto que me ha parecido un tanto flojo con respecto a la historia principal. Puede que te preguntes que cómo es posible, pero la realidad es que me he sentido como un recadero en estas misiones. Además de que al no estar vinculado directamente con la historia principal, choca un poco.
No obstante, merece una mención especial la reinterpretación de mitos tan importantes como el poema épico de Beowulf. El cual se ha reinterpretado y humanizado haciendo que sea verdaderamente divertido descubrirlo.
Por Odín
Dicho todo esto, tenemos que dejar claro que estamos ante los combates más espectaculares y viscerales de la saga. Ubisoft se ha tomado en serio el hecho de que estamos interpretando a un vikingo, lo que ha desembocado en un sistema de combate donde los desmembramientos y las decapitaciones están a la orden del día.
Sumado a lo anterior, encontramos varios añadidos que siguen aportando más espectacularidad a sus enfrentamientos. Por un lado, encontramos una barra de energía que nos recuerda irremediablemente a títulos como Sekiro, donde una vez logramos bajarla por completo, podremos realizar un ataque poderoso. En muchas ocasiones será una ejecución directa.
Aprovechando la inclusión de este nuevo sistema, Ubisoft ha sumado el añadido de un sistema de puntos débiles. Este sistema nos permite asestar golpes devastadores a nuestros enemigos, eso sí, siempre gracias a nuestro arco. Una vez que comencemos a tensarlo, veremos como varias partes del cuerpo de nuestros enemigos comienzan a resaltarse. Si acertamos en alguno de estos puntos, lograremos disminuir significativamente la energía de nuestro adversario, lo que nos ofrecerá la oportunidad de asestar un golpe decisivo. Asimismo, también podremos vaciar su energía si realizamos un contraataque en el momento oportuno o en otras palabras, un parry.
La única pega que puedo ponerle a su sistema de combate, es que hay muy poca variedad de ejecuciones, por lo que no tardaremos en verlas todas. Algo que se hace un tanto pesado a la larga. A este sistema de combate se le suma un nuevo sistema de niveles llamado poder. A medida que consigamos experiencia, obtendremos puntos con los que desbloquear atributos y habilidades. Todo ello a través de un árbol en forma de constelación que luce genial.
Mucho que hacer
Assassin’s Creed: Valhalla es un juego que al igual que otras entregas, da al jugador mil cosas por hacer. A pesar de no contar con tantas misiones secundarias como su predecesor, contamos con actividades mucho más atractivas. Entre ellas encontramos el orlog, un juego de dados al que sin duda echaremos más de un partida. Pero si los dados no son lo tuyo, también puedes pasar a competiciones de bebida o bien escarnios. Estos últimos son una especie de competiciones de rimas que también cuentan con un gran sentido del humor.
Obviamente, esto es sólo una pequeña parte de las posibilidades que nos ofrece Assassin’s Creed: Valhalla. Y es que a todo esto se le suman las cacerías legendarias, la pesca ,la clásica búsqueda de equipo o aptitudes. Igualmente, si buscamos retos, tenemos combates singulares contra fanáticos (los templarios) o bien contra antiguos guerreros de Ragnar que buscan un descanso. En definitiva, en Assassin’s Creed: Valhalla siempre tendremos algo que hacer.
Viejos vicios…
El mayor problema al que me he encontrado en este Assassin’s Creed: Valhalla es que quiere mantener muchas mecánicas que cada vez tienen menos sentido en estas entregas. Por ejemplo, el uso de la hoja oculta en un juego donde encarnamos a un vikingo se ha metido con calzador y sienta realmente antinatural. Claro, debe estar presente por ser un Assassin’s Creed, al igual que la orden, la cual pierde cada vez más importancia.
De hecho, en esta entrega ha pasado totalmente desapercibida. Contamos con la orden como un añadido, más que como un elemento capital dentro del juego. Acompañando a esto, retomamos mecánicas que se sienten reutilizados por otras entregas, como el uso de nuestro cuervo para la localización de objetivos, algo que ya hemos visto en Origins y Odyssey. Lo mismo sucede con muchas animaciones y ejecuciones.
Finalmente, no podemos dejar de mencionar uno de los puntos más polémicos de la franquicia, los bugs. Este Assassin’s Creed: Valhalla no está exento de ellos, de hecho son bastante comunes, aunque eso sí, ninguno preocupante.
En definitiva Assassin’s Creed: Valhalla…
Assassin’s Creed: Valhalla es uno de esos juegos que entusiasma a muchos jugadores. Es por ello que las expectativas suelen estar por las nubes y es muy fácil que no se cumplan. No obstante esta nueva entrega de la saga no sólo da la talla, sino que intenta paliar muchos de los errores de ediciones previas. A su vez, logra conseguir su sello de identidad, generando una gran historia principal y dando un toque propio al combate.
Por otro lado, el juego no es perfecto, cuenta con pequeños errores técnicos que entorpecen en cierta medida nuestra experiencia. Asimismo, ciertas mecánicas se siguen reutilizando en esta nueva entrega, haciendo que en muchas ocasiones se sientan forzadas.
En definitiva, Assassin’s Creed: Valhalla es una gran entrega, posiblemente una de las mejores de los últimos años, y hará que los jugadores se sientan atrapados por su historia y su diversión. Si te ha gustado este análisis, recuerda que tienes muchos más aquí.
Acerca del autor
Psicólogo amante de los juegos cooperativos, el RPG y de disparar a todo aquello que se mueva.